jueves, 25 de marzo de 2010

El papel de la ciudadanía en la transformación de Apizaco

Si bien es cierto que el gobierno, las autoridades son las responsables de encaminar los proyectos para Apizaco y sus comunidades, creo que es cierto ese dicho que dice que la gente o el pueblo tiene el gobierno que merece. Aunque en el caso de Apizaco no creo que los ciudadanos nos hayamos merecido al gobierno panista, tanto con el presidente con licencia Alex Ortíz, como con ahora el improvisado y fiestero Ayax Domínguez. La ciudadanía, al margen de los partidos debe hacer un análisis, debe ser autocrítica y darse cuenta de que también ha (hemos) fallado. La sociedad apizaquense es heterogénea en su conjunto, por diversas variables sociales, lo cual no es sorprendente, ya que en  cualquier ciudad se presenta este caso. La cuestión es que en un territorio tan pequeño convive una sociedad con diversas aristas: por una parte están los ciudadanos apizaquenses de arraigo, familias que siempre han vivido en Apizaco, incluso por generaciones, estas familias conocen bien a la gente de Apizaco, a aquellos infames y reconocidos, a los vergonzosos y a los orgullosos. Por otra parte están los recién llegados, aquellos que muchas veces carecen de afecto y sentido de pertenencia a este pobre municipio rielero. En fin que la participación de la sociedad apizaquense en temas que nos conciernen debe incluir el diálogo y la tolerancia. Si bien es cierto que la ciudad presenta muchas deficiencias, esto en parte culpa de la gente que sin la menor conciencia ni sentido de responsabilidad civil ha contribuido al decaimiento de nuestra ciudad. Corrupción, negligencia, apatía e intolerancia son cada vez más frecuentes en Apizaco. De esto los jóvenes imitan los modelos de malos ciudadanos. No existe la cortesía entre los ciudadanos al transitar por las calles, ni de los automovilistas ni de los peatones. La gente sigue tirando basura donde le place, no cuida los espacios públicos, y lo peor de todo es que parece que sólo nos importa nuestro espacio de calle, enfrente a nuestra casa, los demás nos resulta ajeno y por lo tanto no nos importa. Apizaco es y debe ser para todos, debe ser una ciudad ejemplar, debe dar el salto a una ciudad verdadera, y dejar la mediocridad que contagian sus autoridades, los ciudadanos podemos  elegir entre ser de primera o dejarnos contagiar por la ineptitud de las autoridades. El gobierno municipal no representa necesariamente a Apizaco, Apizaco es y debe ser la gente que lucha día a día por  su ciudad.

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